jueves, abril 06, 2006

Acerca de "Etiqueta Negra"

El tema: Etiqueta negra
Venía rápido, muy rápido y se le soltó un patín
a él, que era el rey de esta jungla. Se le soltó un patín...
Su corazón no era un hotel (aunque corría ese rumor)
y hoy tiene una entre otras cruces en este bosque siempre cruel.
Dejó un billete que pide a gritos que lo gasten
como una hoja derivó en tu mismo turbio río.
Entre amuletos y talismanes su destino desafió
si su nariz crecía de tamaño, prometía más.
No le robaba nunca a nadie (a nadie en especial)
ganó un orzuelo de tercer ojo y su nariz sangró.
No hubo caricias para su celo moro
y ahora mira crecer las flores desde abajo.
¡Safó!

Dos notas acerca de este tema:
1. La primera es una afirmación decepcionante: El tema está dedicado supuestamente a un viejo integrante de la banda, Andrés Teocharidis, tecladista creo, que se mató en un accidente automovilístico. Asi que si uno no sabía esto, el resto es pura fruta, pero eso no importa en realidad, si la fruta es buena y está madura.
2. La segunda nota son pensamientos acerca de este tema, fuera de su supuesto sentido original. Etiqueta negra perteneciente a Cordero Atado. Voy a tratar de trabajar ahora con dos sentidos acerca de este tema con lo cual reconozco de entrada mi fracaso con el mismo.

El título “Etiqueta Negra” creo que tiene dos primeras lecturas posibles: La primera es la más superficial y etílica, la etiqueta negra que rotula ciertas bebidas alcohólicas en su versión más reservada, más onerosa y lujosa. Me viene a la mente un Johnny Walker etiqueta negra y se me hace agua a la boca. Ahora, lo que es bueno en licores no lo es socialmente hablando porque el segundo sentido del título me alude a un tipo de rótulo distinto, al que llevamos todos en algún momento: Etiqueta negra, oveja negra, descarriada, bola ocho. Un rótulo negativo, una cruz para llevar.
A alguien le pusieron ese rótulo y con esto solo no esta claro -es sólo el título- a quien. Pero digamos que hay alguien de quien se dice o cree algo malo sea o no cierto.
El primer verso junto con el último -“mira crecer las flores desde abajo”-, creo que son de lo mas clarito que tiene el tema, “Venía rápido, muy rápido y se le soltó un patín”: Venía muy bien, pero algo salió mal es lo primero que aparece, nadie duda de eso, pero ¿qué fue lo que salió mal? Me pregunto esto y escucho “a él, que era el rey de esta jungla. Se le soltó un patín...” Era el mejor en lo que estaba haciendo, era quien dominaba, pero algo le salió mal en su mejor momento. No era el rey de la ciudad sino de la jungla, lo que quiere decir que dominaba donde la única ley es la del más fuerte. Y si no hay leyes en el ámbito del personaje es porque el habita un mundo sin leyes, un “bajo mundo”, el hampa, el under, la contracultura, lo marginal que tanto aparece en los discos de P.R.
Se le soltó un patín, dice. Y pienso que hay un segundo sentido para “patín” que se corresponde con la imagen de una prostituta, entonces tal vez el tipo rey de esta jungla, el poderoso sea -tal vez repito con esto- un cafissho, un cafiolo, un regenteador de putas, “el que vive de las minas” dirá Discépolo en Cambalache y ahora me cae bien este tipo, che, la verdad.
O por ahí no era un cafiolo al que se le escapó una puta, sino un cliente, un tipo que se gastaba la guita en minas en ese mundo oscuro de los bares de ruta, por ejemplo. Si era patrón, no era un tipo fácil, aunque lo pareciera, ayudaba y protegía como todo patrón a sus chicas, pero les exigía también por su trabajo.
“Su corazón no era un hotel” y si pienso en corazón pienso en esa aceptación anímica del otro, en el amor (muchas chicas se prostituyen por amor), en la compasión (el hotel es albergue, calor, cuidado) pero esa compasión no era gratis -los hoteles tampoco lo son- no entraba cualquiera a su mundo, no quería a cualquiera en él. Aunque se creía que si, que podía querer a muchas. Tal vez quisiera a una, pero no a todas. Y esto ya se corresponde más con la imagen del cliente. Si estos versos del hotel se combinan con los posteriores “no le robaba nunca a nadie (a nadie en especial)” descubrimos que el tipo ofrecía algo pero no a cualquiera, a quien luego le quitaba algo tambien. La palabra “cruces” puede aludir tanto a muerte (el ultimo verso del tema refiere a su final) o a pesares.
Lo cierto es que algo le pasó, y ahora carga con una cruz -“tiene una entre tantas cruces en este bosque siempre cruel”-. Me gusta pensar que la cruz es la de su tumba y que el “siempre” alude a un lugar poblado -“bosque (...) cruel”- de cruces todo el tiempo como el cementerio. Pero si pienso que la historia es la de un cliente que gasta la guita en putas, creo que la cosa al tipo se le fue de las manos, que las cruces son quilombos de guita justamente en este bosque siempre cruel donde todos somos animales.
Al morir quedó algo pendiente, “...un billete...”, algo valioso, ¿una herencia? “...Que pide a gritos que lo gasten...”. ¿Por qué debe gastarse ese billete? Primero y lógicamente porque es el fin de todo billete ser gastado. En todo caso desde acá nos dice poco, un objeto de valor que necesita ser usado, como un corazón necesita a alguien para amar.
Lo segundo que me viene a la mente es que es dinero sucio, que necesita reducirse, cambiarse, invertirse en algo que lo limpie.
Aún no se de qué se trata, pero el destino estaba marcado, no había escapatoria para ese pongámosle dinero, no había marcha atrás, “como una hoja derivó en tu mismo turbio río”. ¿Puede resistirse la hoja a la fuerza de la corriente? No me digo, y cual será el río en que fue a parar ese billete? Tal vez las mujeres, lo que me inquieta es ese “Tu mismo turbio río”. ¿Me habla a mí? Bueno, mas allá de la emoción (y gracias Indio por nombrarme) quisiera saber cual es para cada uno de nosotros nuestro turbio río, ahí ven, sí me gusta el sentido etílico del título y pienso en alcohol, pero es volver atrás ahora. Y tal vez no.
Entonces pienso en que si es un cafissho, la guita fue a parar a las minas que regenteaba, si lo pienso desde un cliente, pienso que la mina lo mata y se queda con ese billete, única prueba de la relación que los juntaba.
“Entre amuletos y talismanes su destino desafió”, si era un desafío es porque conocía su destino, sabía la que se le venía y se arriesgó. Si era un cafisho, sabía que la mina se le iba a piantar, si era un cliente sabía que se le iba a acabar la guita –y la mina se le iba a piantar. Me pregunto qué serán los amuletos y talismanes –regalos a la mina, joyas- que evitaban que el destino se cumpliera.
Una nariz que crece de tamaño es una nariz de borracho, una nariz inflamada, reventada de droga, o la nariz de Pinocho que dice mentiras, promesas para no cumplir (“...prometía más...”). Promesas en vano. Le hacía regalos y promesas falsas para evitar que la mina se vaya. “No le robaba nunca a nadie (a nadie en especial)” no tenía preferencias, le quitaba a todos por igual. Buen tipo, democrático digamos.
Acá me gusta pensar que era el patrón, y que les cobraba a las chicas por seguridad.
“Gano un orzuelo de tercer ojo y su nariz sangró” (El Orzuelo u Ordeolo es una inflamación aguda de las glándulas que se encuentran en los bordes de los párpados.)
El tercer ojo, el frontal en la holística, significa clarividencia, vida, futuro, es el 7mo Chakra, omnipresencia, el que ve mas allá, el ojo del triangulito que identificamos con Dios, etc. Podemos pensar que perdió la intuición, que durmió, que lo madrugaron.
A mí particularmente creo que le hicieron un agujero en la frente, le pegaron un balazo, “...gano un orzuelo de tercer ojo y su nariz sangró...” Esa me gusta más, que lo liquidaron de un tiro. Que la mina lo liquidó de un tiro. Y nadie lo lloró, entre tantas minas, nadie,porque nadie era especial, ya sabemos,
“No hubo caricias para su celo moro”. Celo moro, Shakespeare, “Otelo” el moro celoso de su mujer que la mata porque Yago, su concejero (el personaje de Shakespeare, no el loro de Aladdin) le llena la cabeza mintiendo que su mujer lo cornea. El tipo no deja ir a la mina, la cela con exceso.
Pero si Otelo mata a su mujer, este tipo por el contrario termina muerto “y ahora mira crecer las flores desde abajo”. No se, me parece, que por ahí hay una lectura entre dos lecturas posibles para el tema.

Estos días hablé con amigos fanas de los redondos a los que el tema les pegó de tantos modos... Uno recordó cuando un vecino le robó la moto y necesitó reducirla (porque no iba a aparecer por el barrio andando en la moto del otro, claro). Otro –que se estaba por casar, el negro Ruben- se acordó de sus noches de putas con una sonrisa en los labios. Y otros armaron historias etílicas de cirrosis varias...je!

Buddy